jueves, 28 de enero de 2016

Realidades actuales de la gestión de empresas .

Gestión empresarial


Las circunstancias económicas actuales nada tienen que ver con las de antaño. Estamos en un mundo incierto, cambiante y ambiguo y nuestras realidades actuales son muy distintas de las de hace tan solo unos años. Este nuevo panorama hay que tenerlo en cuenta a la hora de gestionar la empresa, la estrategia y la gestión financiera. 

Algunas de estas realidades son:
1-Las estrategias tradicionales o de administración de empresas ya no funcionan como antes.

El principal problema es que actualmente todo evoluciona rapidísimamente. Esto hace que se haga cada vez más difícil mantener ventajas competitivas sostenibles a largo plazo.

La pregunta es ¿Por qué no se superan esas teorías de antes y se imponen unas nuevas con sus correspondientes herramientas. 

Las razones son varias:

1ª La propia volatilidad imperante impide que nuevas teorías se consoliden.

2ª La estrategia empresarial siempre ha sido algo secundario en la inmensa mayoría de las empresas.

3ª Hoy en día, para muchas empresas es casi imposible incorporar los recursos humanos y materiales necesarios para dicho cambio debido a la situación de crisis que padecemos.

Actualmente ya no compiten empresas o productos, compiten modelos de negocio.

Vemos que empresas exitosas hace tan sólo unos años, ahora han caído en el olvido. Para sobrevivir hay que tener muy claro:

  • Actividades clave.
  • Recursos clave: humanos, financieros, tecnológicos…
  • Partners clave.
  • Relaciones con los clientes.
  • Segmentación de los clientes.
  • Canales de venta.
  • Propuesta de valor.
  • La estructura de costes.
  • Los ingresos.

De hecho, cada vez es más frecuente ver que las empresas mantengan a un mismo tiempo diversos modelos de negocio según productos, clientes, áreas geográficas, etc.

4º - Si te acomodas, tu empresa está muerta, aunque todavía no seas consciente de ello.

En nuestro mundo cambiante no hay lugar para la autocomplacencia. Ahora mismo, muchas empresas bien administradas, con productos de calidad y marcas conocidas, acaban por desaparecer víctimas de cambios en los modelos de negocio imperantes.

El cambio es la nueva moda, las ventajas competitivas son efímeras en la era de Internet, muy pocos pueden diferenciarse en función de la tecnología, las patentes o incluso los procesos de negocio. Y hablar de competir por precio es, para el 99%, una simple locura.

Quizás la única ventaja competitiva que realmente siga funcionando sea el conocimiento del cliente.

Habrá quien hable de innovaciones en entornos hipercompetitivos al estilo Steve Jobs. Para la pyme esa ideología es veneno, sinceramente, ya que fiarlo todo a que nuestra idea sea el próximo iPhone no parece muy sabio,  diríamos que rayaríamos la pura utopía.

El conocimiento del cliente, de sus necesidades es lo único que tal vez sobreviva al respecto de la gestión de empresas de hace unos años.

Así pues, la nueva administración de empresas será el resultado de la integración de tres disciplinas: estrategia, innovación y gestión del cambio.

Y lo que un empresario nunca debe olvidar son las “joyas de su empresa” que serán las que le den esas ventajas competitivas: su modelo de negocio, su capital humano y la búsqueda constante de satisfacer al “jefe” (su cliente).

5º- Flexibles por fuera y por dentro.

El cambio es la nueva moda. La empresa debe ser capaz de abandonar mercados o productos cuyos modelos de negocio no sean sostenibles a medio plazo. Abandonar antes de que dichos modelos dejen de ser rentables después.

Atar la estrategia de nuestra empresa a modelos de negocio del estilo “vaca lechera” (esto es, actividades que la empresa lleva largo tiempo realizando con éxito, pero que ahora dejan un rendimiento residual a costa de dedicarles recursos y atención de los directivos) es un error. Este tipo de “pesos muertos” acaban con muchas empresas de todo tipo y tamaño.

Todo lo anterior obliga a las empresas a ser como surfistas a la espera de subirse a la siguiente ola (oportunidad / tendencia).
La innovación debe formar parte del ADN de la empresa. Ojo, la innovación no es sólo I+D o la innovación de productos, innovar es generar un nuevo modelo de negocio (hay que tener claro qué realmente significa “innovar”).

Abandonar modelos de negocio antes de que este suponga un lastre para la empresa debe estar dentro de las dinámicas de la empresa, sin resistencias ni dramatismos.
Debemos de mimar al máximo el capital humano de la empresa, especialmente aquel que de forma fácil asimila la gestión del cambio, es decir, debemos de dotar a la empresa para poder reconfigurarse de forma rápida y natural.

Dejar de aplicar un modelo de negocio nunca se debe entender como un fracaso, todo lo contrario, se trata de un aprendizaje, una evolución.
Cada fase en la evolución de un modelo de negocio (planificación, lanzamiento, desarrollo, consolidación y abandono) necesita un estilo de liderazgo diferente.

Así pues las empresas deben ser flexibles en su relación con el exterior, adaptándose a nuevos modelos de negocios, pero internamente se buscará la estabilidad en los valores y en cómo gestionar este cambio constante de un modo coherente y natural (de ahí la importancia en el capital humano).

Hemos explicado algunas realidades en la gestión de empresas en el entorno actual que un empresario debe de tener en cuenta. Llevarlo a la práctica no es nada fácil, por eso, animamos una vez más a los empresarios a que den ese salto e introduzcan nuevo ADN en su empresa, aconsejamos que se dejen asesorar por profesionales en la materia que le pueden ayudar.

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